martes, 26 de julio de 2011

ZARAGOZA VERSADA


Hoy pensaba...

Me he dado cuenta, que del mismo modo en que todos aquellos cuentos de niños comenzaban con un "Érase una vez", yo tengo mi particular forma de empezar todas las cosas diciendo "Hoy pensaba".
Es curioso que mi libro no comience así, será porque el día en que puse el título mis neuronas no debían haberse despertado (pasan demasiado tiempo hibernando).

Y es que, no siempre pensamos, tal vez, porque la gravedad estira demasiado de los pies, y los pies bastante tienen con sostener todo nuestro cuerpo y caminar, mientras la cabeza solo sigue un esquema social preconcebido.

Hoy, también pensaba en lo difícil que sería adulterar mis textos en esa parte tan palpable como "un pecho en revisión", siempre con esas pinceladas de nostalgia y recuerdos, de miedos confundidos con la esperanza, de marañas de sueños sin resolver por un insomnio ansioso de vivir.

No son buenos tiempos, dicen algunos.
Pero no son buenos tiempos para nadie, y para unos, siempre son menos buenos que para otros.

En unos días, vuelvo a la tierra que huele a verso iniciático y con solera; a cultura de amigo y constancia; a calles de risas y números impares para buscar "el par" en una mano que se tiende.
Si, esa tierra que me abrió las puertas de las nubes y bloqueó el cierzo con la complicidad de un abrazo: "MI" ZARAGOZA, donde desvirgué las vergüenzas y recogí toda la fuerza para presentar mi primer libro.

No sé si me llevaré maleta, si iré con mis libros o "Con la vida a cuestas" o me reencontraré con ella ("Con la vida a cuestas" cuando recite de nuevo con los ojos bien abiertos a la puesta de cada sol).

No sé si haré la maleta a penas una hora antes de marcharme, ¿acaso importa?, lo que más me gustaría sería ir con un bolso vacío, como el de Mary Poppins, para poder ser rellenado con los aromas de cada instante, así, a mi retorno y cuando me acechen los recuerdos del "ayer", poder sacar por orden y uno a uno, el aroma a "dulce de amigo", el instante "salado de emoción", el "abrazo, escudo antifríos", el verso de silencios y el sonido de las sonrisas unidas.

Desde el primer día, tengo una hendidura en una parte de mi interior, que necesita rellenarse con palabras y miradas de cerca. Y eso me hace pensar, que no hay tierras mágicas, ni lugares especiales, en realidad lo que uno anhela, son sus gentes, sus manos, la piel clamando sorpresas, las sorpresas sorprendidas por una rutina en el desguace... SÍ, ESTOY DECIDIDA: esta vez, iré sin equipaje, soñaré con ir ligera de materia, y volver aún más pesada, si cabe, de emociones.