domingo, 12 de diciembre de 2010

Nuestro paraíso interior.

Os aconsejo poner esta música, relajarnos, y comenzar a leer...


http://www.youtube.com/watch?v=ZKjohpCZ-co



No me gusta decir adiós, aunque sepa que mañana volveré a ver a ese/a amigo/a o familiar de quien me despido. Pero tengo manía a la separación y siempre me cuesta terminar con una palabra o con una mirada cuando tenemos tanto que ofrecernos mientras se nos escapa en cada segundo una parte de la vida. Me agobia no tener más tiempo para dedicar.

A veces puedo perder mi mirada en un vacío que se expande por un lugar que pocos pueden ver, puedo escuchar varias conversaciones a la vez, y al mismo tiempo pensar en mis cosas. Puedo soñar despierta con el mismo ímpetu con el que lo hacía cuando tenía 4 años, porque siento, que aquella niña nunca me abandonó.


No soy un soldado, aunque antes de traspasar "mi puerta" haya que abrirla con ganas y decisión.
Tampoco soy ningún misterio, solo una simple mujer que busca continuamente un regazo donde descansar. Pero los espacios se quedan pequeños, y siento, como el viento no deja de danzar a mi alrededor para convertirme en una traviesa ninfa que decide bailar como una hoja de otoño.

He llorado muchísimas más veces de alegría y amor que no de pena, pero las veces que lloré de pena, se hizo una herida tan inmensa en mi, que han quedado cicatrices tan grandes como los torrentes más tortuosos y los abismos más imposibles que podamos hallar en la Tierra. A través de esas heridas, han caído las cascadas más hermosas de mi cuerpo reflejadas dentro y fuera de mi piel, y de los aprendizajes más duros he conseguido caminar fuerte con el latir vivo de mi corazón, que agradece cada día, seguir latiendo con fuerza y pasión.

Por cada amanecer, tengo como mínimo un sólo motivo para sonreír, ESTAR  VIVA, y otro, para reír hasta quedarme sin aliento, Y ES QUE MI MAYOR BELLEZA ES COMPARTIR...

Creo en la vida, creo en el amor, creo... y sin esta fe, mi vida, no tendría demasiado sentido, porque mi existencia tiene un motivo, y encontrarlo no me ha resultado demasiado difícil, aunque reconozco que a veces, me resulta complicado ir con cierta desnudez cuando nieva en las montañas.

Una vez me preguntaron (en este mismo blog), que si yo era un ángel. Debo decir que según el concepto que tiene la humanidad de ángel, pues no, no lo soy, soy una mortal como cualquier otro mortal, con un REGALO y PRÉSTAMO.

Nuestro regalo, la vida, nuestro préstamo, el cuerpo, que aunque creamos que nos pertenece, sabemos que es una osadía maltratar este envase que nos envuelve (por tanto, no nos pertenece).

Somos un espacio enorme, y entre célula y célula, habitan miles de esencias que constantemente nos recuerdan quienes somos, pero, no tenemos el don de la escucha, y eso nos pierde.

Me apena, toda gente que llegua al final de este paseo, y en su lecho de muerte descubre todas las cosas que le quedaron pendientes.
¿Porqué será que en ese momento, es cuando nos damos cuenta que lo más importante de todo, es no enfadarse, empatizar, amar y decir te quiero, comprender de un modo sencillo qué somos... para dejarnos llevar hacía otro camino?¿Porqué se nos olvidan tantas cosas con el paso de lo años, y al final de nuestra vida, parecemos recuperar la visión?¿Qué pasaría si despertamos antes y durante nuestro recorrido?

Tenemos tanto trabajo pendiente, si queremos ser mejores, un mundo mejor y un gran cambio...

Me alegra haberte  conocido, me alegra que me estés leyendo, me alegra estar a tu lado, me alegra... SOMOS UNA ENERGÍA TAN GRANDE, QUE SIENTO QUE ESTAS AHÍ, siempre.

PD: Para Esther. En busca de mi niño interior.

3 comentarios:

Irene dijo...

Atrapa.

Ana dijo...

maravilloso, que nunca te abandone esa niña, yo intento por todos los medios que no me abandone, tambien yo he llorado muchas muchas veces por emociones varias, porque soy llorona y lo reconozco, de pena pocas, aunque sí me han dejado heridas que siempre siento aunque sean cicatrices algunas.

Un beso muy grande y mi cariño

RAFAEL MÉRIDA dijo...

Mayte, no sé si eres un ángel, espero que no, pero no pareces de este mundo. Me encanta lo que expones y sobre todo como lo expones. No es corriente ver tanto corazón puesto en unas letras. Me gusta esa filosofía Alboriana de la que tanto tengo que aprender.
Un beso y gracias.