La incógnita de la vida

¿Porqué?

¿Os habeis puesto a pensar que la vida es un auténtica incógnita?
La propia vida en sí es una gran pregunta, cómo, de dónde, a dónde vamos y venimos que acaba con el silencio de la muerte...
Y en el transcurso de nuestra existencia, somos como somos y eso nos hace tener un tipo de vida u otro, luchar de una manera u otra, vivir bien o mejor, vivir mal o peor...

Yo, me hago un lío tremendo, y a veces, como en estos momentos, sólo deseo desmembrar en cachitos ciertas cosas para entender... pero como se dice, el que persigue o busca la verdad, corre el riesgo de encontrarla... aún así, estoy dispuesta a arrojarme al entendimiento que me deja paralizada ante los millones de preguntas que me acechan y me hace más daño la incertidumbre del no saber que me tiene colgada de la ignorancia.

Empiezo a pensar, que rozo la utopía con mis ideas, para luego arañarme el alma y tatuar entre la médula con sangre toda aquella energía que no se proyectar... y duele, duele un tatuaje de impotencia con agujas del "no sé cómo" entre la médula y arañando el alma... duele!!!!

Éste, es un escrito desmesurado, lejos del placer de la sencillez, cércano a un rodeo extravagante y tratando de plasmar esas rarezas de la vida, que por sencillas que son, curiosamente nos las cargamos alistándolas a campos de concentración y masacrado la belleza.

Mi cabeza da vueltas y no he bebido, sólo estoy borracha de palabrería.

Quiero explotar mis mejores deseos como una bomba lapa, y ser una terrorista suicida en medio de todo el planeta si con ello cada poro de mi piel pudiera estar dando esperanza, coraje e ilusión... dando fuerza, curando heridas, mimando corazones... Y mi mente no sabe abrirse al mundo más desolado, y mis proyectos se quedan en cuatro letras azul cielo...

Aquí estoy, sentada en una silla... mientras sueño con hacer volteretas...
Y, aquí estoy, esperando un ratito... para levantarme del sueño de mis ideas, de la utopía, de la lejanía...
Voy a pensar, que alguien me escucha, que alguien me entiende, que alguien capta mis mensajes, que vamos a reeducarnos, y que nuetros hijos, cambiarán el curso repetitivo de la historia.