viernes, 13 de marzo de 2009

Somos como un pulmón... nos hischamos y desinchamos

Un pulmón sano se hincha y desincha, se expande y comprime como algo normal y vital. En realidad, el funcionamiento del pulmón es muy parecido al funcionamiento de todas las cosas (entra y sale algo), el corazón late expandiéndose con la entrada de sangre, y comprimiéndose para dar el impulso a que esa sangre vuelva a salir... de una semilla sale una planta, una nube se forma por la entrada de agua en forma de vapor y luego sale en forma líquida... todo es un círculo o un ciclo, todo es conexión... la naturaleza nos influye, mucho, los días cortos, los días largos, los lluviosos, los oscuros, los calurosos... y nuestra persona se hincha y renueva (de energía, de vitalidad, de amor, de sensaciones y sentimientos caprichosos a veces...), y cuando nuestra persona se desincha podríamos decir que hemos tenido un mal momento, un mal día, una mala temporada... hasta que nuevamente surge la chispa que reactiva nuestro motor emocional y de repente una felicidad absoluva nos envuelve deseosos de transmitir todo nuestro "buen rollo".

Recuerdo, en mis mejores momentos de adolescente, cuando superé la primera etapa de mi anorexia, me parecía que la vida era un sueño, y verme tan bien y radiante, me parecía que algo por algún sitio tenía que reventar, que no se podía con tanta felicidad... qué triste es valorar ciertas cosas sólo después de haberlas perdido: la salud, la sensatez, los amigos (o los que uno cree amigos), parte de la juventud, parte de la memoria, parte de la existencia y del propio yo... ¿Y porqué? ¿Y para qué?... qué tendencia de complicar las cosas, a veces de forzarlas...
Yo pensaba (y aún lo sigo pensando), que no hay letras que existan, ni la combinación de palabras posibles que describan la grandeza del ser humano (no de esa dudosa inteligencia "científica" material explicable y en contínuo desarrollo), hablo de esa espiritualidad de la que nos olvidamos muchas veces, y dejamos aparcada en el último estante de un armario, o bien porque no entra en nuestros planes de momento atenderla, porque no tenemos "tiempo" para ello, o porque nos hemos olvidado de que existe e incluso nos permitimos el lujo burlón de considerar la parte emocional como algo que no es para nosotros (nos reimos jaja)...
Y yo, invitaría a esos estudiosos o científicos, a aquellos que dedican investigar, que hicieran esas transfusiones (y no de sangre), si no de energia y de espíritu renovado de unas persona a otras, transfusiones de sentimiento para poder comprendernos mejor, porque como dije antes, cuántas incógnitas tiene nuestra alma.

2 comentarios:

Yoli dijo...

Ojalá se pudiera cumplir ese deseo tuyo: Transfusiones de energía positiva de unas personas a otras, transfusiones de buenos sentimientos...
Nuestra alma y su estado tiene mucha importancia en nuestro día a día, en nuestra vida, más de lo que nos imaginamos... Todo gira entorno a nuestro estado anímico, gira entorno a nuestro amor por las cosas...
Si estamos bajos de energía no cumplimos con nuestros objetivos...
Si estamos cargados de energía positiva, casi todo lo que nos propongamos lo podremos lograr... Todo ello dentro de una realidad claro!
Besitos a mi inteligente amiga bloggera :D

Helena de Troya dijo...

Eso es cierto, la energía de cada uno es super importante. Las que desprendes, las buenas, te hacen bien a tí a tu vida y a los que están a tu alrededor. Si las que desprendes son malas...pasa igual, las llevas a los que estan a tu lado y a tí misma.
Me alegro haber desprendido mis buenas energías hacia Yoli, se ha llenado de positivismo y a su vez, las ha proyectado hacia tí Mayte. Te siento más positiva. jejeje

Besos